Hace 9 meses, 3 semanas y un día contábamos que volvíamos al acarreo tras un tiempo de confinamiento estricto. ¡Y vaya que si volvimos! Ha sido un no parar de trabajar desde entonces. Y eso está bien porque ese trabajo nos ha permitido mejorar nuestras condiciones laborales, ampliar la plantilla, hacer una pocas inversiones, empezar a pagar deudas y tener más tranquilidad sobre la sostenibilidad del colectivo.
Pero entre ese ritmo frenético, el consiguiente cansancio, la incertidumbre creada por la pandemia, el miedo a los contagios y no encontrar una manera de recobrar espacios de comunicación, compartir, informarnos… sin riesgos, habíamos terminado renunciando a espacios que nos ayudaban mucho a sentirnos mejor, a compartir, a trabajar de otra manera, a aprender… Así, los 12 minutos casi han desaparecido de nuestra agenda y no habíamos vuelto a tener una asamblea de esas de verdad, de vernos de cuerpo entero, desde hacía más de un año.
Finalmente hemos visto la fórmula para retomar esos espacios con la suficiente seguridad, nos hemos decidido a retomar esa sana costumbre y esta misma tarde hemos vuelto a tener una asamblea, en la que las nuevas incorporaciones (Jesús, David y Teo) han tenido la oportunidad de presentarse y contar cómo están siendo sus primeros pasos en nuestro grupo. Se sienten acogidos, cómodos, con ganas de venir a trabajar todas las mañanas y con ganas de aprender, de mejorar y crecer. Eso nos alegra mucho porque nos confirma que esto en lo que andamos merece la pena y porque nos da a entender que, pese a que pudiera parecer que descuidamos la acogida, no es tan así, sí que se hacen cosas, sí que estamos pendientes de las compañeras y los compañeros, incluso sí que nos hacemos solidarios con personas que están pasándolo mal, lo que nos falta, la mayoría de las veces, es compartir todas esas cosas y para eso, espacios como el que hoy hemos retomado son fundamentales.
Hemos buscado fórmulas para mantener este espacio, para retomar la formación, para tener espacios de convivencia más allá de lo laboral, para compartir y ser solidarios, para cuidarnos entre todas las personas que formamos parte del colectivo… nos hemos expresado, nos hemos reído, incluso nos hemos emocionado y nos hemos hecho las preceptivas fotos:









Las otras olas de la pandemia tienen que ver con todas esas carencias que arrastramos desde antes, incluso, de la pandemia: unos servicios públicos muy deteriorados y un déficit importante de abrazos. Seguiremos trabajando para la mejora de los primeros y para recuperar más pronto que tarde la tranquilidad de los abrazos: