Antes pensábamos que la estrategia del caracol era despistar al cacique de turno, dejarle el caparazón y largarte con tu vida a otra parte, donde rehacerla con dignidad, tal y como aprendimos en la genial película de Sergio Cabrera:
Elegimos el caracol como imagen porque representa esa idea de la vida que pone en el centro la dignidad, los cuidados, el apoyo mutuo… y que es tan contraria a las prisas y el consumismo: el caracol va a su ritmo parsimonioso, con su casa a cuestas y nada más… Y eso, entendimos, es lo que necesitamos de esta sociedad, que vaya un poco más despacio, que no derroche recursos mientras tantos nos quedamos fuera. No era una idea original, la copiamos del movimiento del decrecimiento, que nos hablaba (y sigue hablando) de que, frente a la obsesión por el crecimiento: más consumo, más energía, más riquezas, más recursos… nos tenemos que hacer conscientes de que tenemos un planeta finito y que a lo mejor, la vía es: menos coches, menos aviones, menos… y que la vida se puede organizar de otra manera sin que sigamos ampliando continuamente nuestros niveles de consumo.
La pandemia global que sufrimos ha puesto al mundo en cuarentena, nos ha encerrado en casa y ha puesto a organizaciones como la nuestra, que dependen de salir a diario a trabajar, en estado de hibernación y eso nos ha hecho comprender que esta es la verdadera estrategia del caracol: reducir al mínimo las constantes vitales de nuestra asociación no es fácil, hay muchas cosas que pagar: el alquiler, los suministros, el crédito, la furgoneta… pero la aplicación de unas medidas por parte del gobierno que, por fin, han tenido en cuenta a pequeñas entidades como la nuestra y que nos han permitido aplicar un ERTE que nos manda a casa pero cobrando o aplazar pagos de Seguridad Social e impuestos, el que una parte importante de nuestros proveedores formen parte de la Economía Solidaria y hayan buscado en todo momento facilitarnos la situación: con periodos de carencia (como ha hecho Fiare Banca Ética) o posponiendo pagos (como han hecho la empresa de telefonía Som Conexión y Som Energía). También nos han dado facilidades el dueño de la nave o la empresa que nos suministra la aplicación de Contabilidad y Facturación (Cont4, de TetraInfo, que directamente no nos cobrará por el servicio mientras dure el Estado de Alarma). Lo mismo que ocurre con las personas socias y donantes que en estos difíciles momentos han mantenido sus cuotas de apoyo a nuestra asociación. Creemos que se merecen esta mención concreta y por supuesto, nuestro agradecimiento por que si no, hubiera sido muy difícil que este caracol hubiera salido vivo de la cuarentena, por mucho que hayamos reducido nuestras constantes vitales al mínimo.
No va a ser fácil «reiniciar» la sociedad, pero ojalá saquemos algo en claro, ya se han repetido hasta la saciedad los aprendizajes que esta crisis nos ha brindado: ese aire limpio por la ausencia de coches, esa naturaleza que se ha tomado un respiro, esas experiencias de apoyo comunitario que han brotado por nuestros barrios y pueblos, esa consciencia de lo importante que es que invirtamos como sociedad en Salud, Conocimiento, Ciencia, Servicios Sociales… poniendo los cuidaos en el centro.
Tampoco va a ser fácil nuestro retorno, pero va a ser más necesario que nunca que empeñemos todas nuestras fuerzas. La segunda oleada, como dicen, no va a ser la del rebrote de la enfermedad, la segunda oleada va a ser la de una crisis que va a afectar muy especialmente a los pueblos más pobres y a los colectivos más desfavorecidos. Con los primeros tendremos que redoblar la solidaridad buscando fórmulas para apoyarlos en estos duros momentos, con los segundos tendremos que tener las puertas más abiertas que nunca.
Esperemos que se concreten servicios y contratos de trabajo y que sigáis confiando en nosotros para que tengamos verdadera capacidad para poder acoger a quien necesite, a partir de ahora, una oportunidad. Estamos deseando volver para poder hacerlo y daros todos los abrazos que ahora nos están vetados.