Hoy hace 50 años los grupos de Emaús de todo el Mundo, reunidos en asamblea en Berna (Suiza) aprobaban el Manifiesto Univerasal, «el texto fundamental del movimiento, que está colgado en la pared de todas las comunidades Emaús del mundo. Ese texto está impregnado de los valores que tenemos en común, que constituyen nuestra identidad”, nos decía días atrás Patrick Atohoun, presidente de Emaús Internacional, que nos invitaba a todas las compañeras y los compañeros, amigos y responsables del movimiento, a releer en esa fecha señalada, el 24 de mayo de 2019, el texto publicado hace cincuenta años, para volver a los mensajes clave. La solidaridad, el servicio a quienes más sufren, la autonomía basada sobre un trabajo digno que libera al ser humano, el reconocimiento de los derechos de los excluidos, la constitución de grupos Emaús “como lugares de paz”.
Y a nosotros nos ha dado por ser obedientes -por una vez- y aprovechar para recordar ese importante momento al que le debemos tanto los que vinimos después a este mundillo de Emaús y leer el manifiesto Universal. Eso sí, en unos caóticos 12′ en los que no ha querido funcionar el ordenador en el que íbamos a proyectar el video conmemorativo de los 50 años de Emaús Internacional, Javi y Jesús andaban discutiendo, con prisas por empezar a trabajar, Oris pensando cómo solucionar lo de los gorriones, Lyro en cómo evitar que Oris solucione lo de los gorriones, Marco en una manera más sencilla de meter y sacar las herramientas, Benito en dónde ver la final de la copa del Rey, Gonzalo clausurando un curso y Juan mirando un tanto perplejo el panorama…
Pero nuestro Manifiesto de la Pared fue leído y parece que el caos amainó: