Como parte de nuestra formación permanente estuvimos hablando hace unos días de Refugiados y Frontera Sur, y lo hicimos acompañados por los amigos de «Canal Refugiados» y Ousman Ndour, un chico que acaba de llegar de Senegal después de pasar varias semanas atravesando África. Nos podríamos haber quedado con el drama de la inmigración, y de hecho nos puso los pelos de punta cuando nos contaba la experiencia de tener que esperar en el desierto a que un compañero de viaje terminara de morir, para poder enterrarlo y continuar la marcha. Pero preferimos la vida, la incuestionable vida que se abre paso a pesar de todas las fronteras, las mentales y las otras, las de concertinas y papeles, y lo absurdo que resulta obligar a miles de personas a jugarse la vida en viajes que nosotros, en dirección contraria, podemos hacer por la mitad de dinero y en un par de horas de avión. Al fina, ya digo, se impone la vida. Osuman nos puso un vídeo suyo, porque es cantante de hip-hop. Sonaba muy bien, y se nos olvidó, por un momento, la locura migratoria que nos acababa de contar. Y sonrió. Y los amigos de «Canal Refugiados» también se centraron en eso, en sus posibilidades, en su futuro.