Estas fiestas son un poco caóticas. Con la excusa de la religión, del encuentro familiar, de las vacaciones y alguna cosa más, nos metemos en una vorágine de consumo de la que a veces nos arrepentimos justo el día 7 de Enero, bien por que hemos echado unos kilos, hemos vaciado el bolsillo o nos hemos cargado con mil chismes que no sabemos muy bien dónde poner. Nosotros, que vemos la parte final del proceso (los residuos que generamos, los juguetes que nos sobran, la ropa innecesaria, todo eso medido en toneladas) queremos poner nuestro granito de arena, para que el consumo tenga un puntito de sentido común, un aporte de valores.
Ahí están nuestros mercadillos de segunda mano, para que demos una segunda oportunidad a cosas que aún tienen mucha vida. No sólo los nuestros: hay muchas opciones para dar una pensada al consumo y procurar medir un poco más. No podemos seguir consumiendo a este ritmo, lo sabemos desde hace tiempo, y es bueno hacer pequeños gestos.
Pero bueno, este no era el objetivo de este post. Se trataba de felicitaros, de desearos que paséis una muy felices fiestas, con la esperanza de que el año que entra sea bueno, mejor que este, que nos encontremos en el trabajo y en los espacios de solidaridad, que hay menos guerras, menos odio, menos pobreza. En fin, lo dicho: sean felices y hagan algo para que ese felicidad sea compartida.
Un saludo trapero [ahí os dejamos nuestro arbolito, sencillo, como nuestra propuesta: queremos vivir de la basura}