Hace unos meses tuvimos la suerte de conocer a Tateh Lehbib, refugiado saharaui que nos contaba en unas jornadas sobre Economía Circular en las que participábamos, que tras terminar sus estudios en Energías Renovables en la Universidad de Argel y un máster en eficiencia energética en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria diseñó una vivienda hecha con botellas de plástico llenas de arena con el objetivo de mejorar las duras condiciones de vida de su pueblo aprovechando esas botellas que tanto problemas ambientales generan y esa arena que en tantas cantidades se encuentra en el desierto.
Nos contaba historias que nos estremecían y nos impresionó la conciencia tan fuerte que demostraba volviendo, tras haber estudiado, a colaborar en la mejora de las condiciones de vida de su castigado pueblo, que espera en el exilio la resolución de un conflicto que la Comunidad Internacional en general y el Estado Español en especial mantienen en el olvido.
Por ello este año encontramos más motivos para participar en la Caravana por la Paz organizada por la Federación de Asociaciones Solidarias con el Sáhara, que nos pedía ropa para los chavales que viven en los Campamentos de Refugiados de Tindouf. Así que durante estos días hemos estado seleccionando ropa según los criterios que nos pidieron y ayer mismo cargamos la furgoneta y la llevamos hasta el contenedor que esta misma semana parte rumbo a Argelia.
Sabemos que nuestra colaboración es pequeña, ojalá pudiera ser mayor, pero esperamos que sirva para, al menos, atenuar las duras condiciones que sufre el pueblo saharaui.