
Seguimos con muchos frentes abiertos y con mucha ilusión en este proyecto de economía social. Y esta semana especialmente orgullosos de ese aspecto, el social, que le da a esta iniciativa cooperativa un plus. Metidos en la vorágine diaria a veces no somos conscientes de lo que se va construyendo por debajo de lo puramente productivo, de cómo crecemos todos en la dimensión humana, aprendiendo a compartir un espacio de trabajo y dignidad, un lugar que sirve para mucho más que para garantizar unos ingresos mínimos.
Y todo esto se va traduciendo en gestos concretos que nos sorprenden. Y de pronto alguien nos da un ejemplo de solidaridad y de generosidad, y renuncia a parte de su salario para que un compañero que está sin becar pueda cobrar algo por su trabajo. Y eso hace que entendamos que se puede hacer una economía en la que el centro son las personas, que no son sólo discursos y textos muy elaborados, sino gestos, actitudes.
Así que seguimos adelante, un poco más convencidos de que este proyecto saldrá adelante, de que «todo va a ir bien», de que Traperos Huelva será en breve un proyecto consolidado y pionero en esta ciudad.